Alla afuera la calle invita ciruclar, no hay mucho lugar para la duda, adoptamos nuestra vieja y conocida identidad de peaton, del punto A al punto B, la unica oportunidad para salir de esta logica, si no quedan amigos que te abran la puerta, es detenerse a consumir. Transitar y consumir, es todo lo que se espera de nostros. Un transeunte en un mar de transeuntes o un consumidor en un un mar de ofertas. Cada paso, cada decision esperable, es un paso más hacia nuestra alienacion, moverse es hundirse más en el fango del anonimato, volverse una estela más entre la multitud, dejarse deborar por ella, para muchos su refugio, no hay tiempo ni espacio que nos demande ser nosotros, podemos entregarnos al abandono involuntario de ser gente.